La torrija o torreja, aparece documentada en libros de cocina en el S-XV.
En Cuaresma era costumbre su consumo pues era la época en la que los católicos dejaban de comer carne y así aprovechaban el pan sobrante.
Al parecer en el S-XV era el plato indicado para la recuperación de parturientas.
Hay muchas variantes para la elaboración de las torrijas. Hay quien las prefiere con vino, anís, miel, moscatel, etc.
Para las torrijas normalmente se utiliza pan de uno o dos días antes, pero en esta ocasión vamos a utilizar pan para torrijas ya elaborado que se puede conseguir en cualquier centro comercial en los días cercanos a Semana Santa.
INGREDIENTES
1 Paquete de pan para torrijas de 500 grs.
1 Litro de leche.
3 Huevos.
Azúcar.
Aceite de oliva sabor suave.
Canela en rama.
Corteza de limón.
Canela en polvo.
PREPARACIÓN
Poner en un cazo un litro de leche con 6 cucharadas soperas de azúcar, la canela en rama y un par de trozos de corteza de limón. Remover y poner a calentar y cuando se ponga a herbir apagar el fuego y tapar. Dejar enfriar.
Colar la leche y ponerla en un recipiente que resulte practico para ir mojando las rebanadas de pan.
Batir 3 huevos hasta que espumen un poco y agregar 3 cucharadas de la leche que teníamos reservada y volver a batir.
Introducir las rebanadas de pan en la leche que teníamos reservada dándolas la vuelta para que se empapen bien, pero que no chorreen.
Pasar el pan por el huevo batido y de ahí a la sartén. Freír por los dos lados hasta que estén doradas.
Una vez fritas las torrijas dejarlas sobre papel de cocina para que absorban el aceite sobrante.
Mezclar 5 cucharaditas de azúcar por una de canela en polvo.
Colocar las torrijas sobre una fuente y espolvorear el azúcar mezclada con canela.
Mezclar un chupito de brandi con azucar y canela y lo echamos sobre las torrijas.
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